Evolución y cambio
Los cambios profundos de todo tipo van cada vez a más. Los impulsores (por ejemplo, el coronavirus, cambios climáticos drásticos, cambios geopolíticos) son diversos, nosotros somos los culpables. Por lo tanto, es hora de reflexionar y ver con una visión clara qué debe cambiarse en las acciones del individuo y de la empresa.
Cuanto más se orienten las acciones de una empresa al bien común y al uso apreciativo de todos los recursos disponibles, más fácil será dar forma a su futuro con éxito.
Esta forma de pensar y actuar va mucho más allá de la creación de una visión, una estrategia y su implementación. Anticipa correcciones y nuevas formas de encontrar aportes para el bien de la Tierra, sus habitantes y usuarios. La cuestión del sentido surge más que nunca. Eso no solo significa dar y recibir, sino que es una relación que integra algo más grande.
La codicia por el poder y el lucro nos empuja cada vez más hacia abismos ecológicos y económicos.
Apoyamos a las empresas para que hagan una contribución valiosa a nuestro futuro, para que encuentren un camino adecuado y con sentido y para que se fortalezcan y se reinventen a lo largo de ese camino.
La liberación de estas fuerzas oculta un enorme potencial (de crecimiento). Ejemplos de nuevos desarrollos son unidades innovadoras (automóviles, cohetes) que consumen menos energía en total, generación de energía ecológica, un balance para el bien común de los bancos o el diseño humano y ecológico de las cadenas de suministro globales.
En este contexto, apoyamos los siguientes temas:
- Reorientación y potencial de búsqueda
- Desarrollo de visión y estrategia
- Transformación de organización y cultura
- Ajuste de procesos
- Desarrollo intrínseco del potencial: organización e individuo